Juan Carlos Segarra Olivera - “Macho”

Una hermosa mañana del 22 de marzo de 1979 exactamente a las 8:10am llegó al mundo un gran varón. Entre la discusión de padres, familiares y amigos cercanos tomaron la decisión de obsequiarle con el nombre de Juan Carlos Segarra Olivera, a quien cariñosamente le decían “Macho”. Llegó acompañado a este mundo por su hermana gemela Rosebelle. Ambos crecieron en una familia unida rodeados de mucho amor.

Juan Carlos creció para convertirse en un hombre de bien, digno de admirar y ejemplo a seguir para muchos. Dedicó 17 años de su vida a la Policía de Puerto Rico sirviéndole al pueblo y a su gente combatiendo el crimen y la maldad para hacer de su isla, Puerto Rico un lindo sitio donde habitar.

Además de ser apasionado por su trabajo también le apacionaba el rol de ser papá. Pues su motivación para levantarse todos los días a luchar en la vida era su hija Julietz Marie. El la llamaba “La Luz de Sus Ojos” y “La Princesa de Papi”.

En el 2018 Juan Carlos decide renunciar a la policía para mudarse a La Florida para construir una vida junto a Marlene Morales con quien ya sostenía una relación de más un año en ese entonces. Muchos eran los sentimientos en su corazón en aquel momento pues sostenía la alegría de comenzar una vida con la mujer de la que se había enamorado, pero a su vez se llevó una gran tristeza consigo al alejarse de su adorada hija físicamente. A pesar de la distancia la llevaba todos los días en sus pensamientos y en su corazón. Esto iba acompañado de llamadas, video llamadas y mensajes diarios pues siempre hizo todo lo posible para estar presente y ser parte de su vida.

En La Florida ejerció cómo guardia de seguridad de camiones blindados poniendo en práctica todos los conocimientos adquiridos en sus años de servicio en La Policía de Puerto Rico. Visitaba la isla varias veces al año con el fin de compartir con su pedacito de cielo, Julietz. Junto a su esposa viajó a muchos lugares del mundo; Costa Rica, Canadá, Irlanda, Inglaterra, Francia, España, Turquía, Colombia, República Dominicana, Panamá, entre otros. Disfrutaba mucho visitar lugares nuevos y tener nuevas experiencias.

El 2 de Diciembre de 2023, el Señor vió que estaba débil, lo arropó con sus brazos y se lo llevó a morar junto a él. No podemos entender el porqué por más que lo intentemos, lo que sí sabemos es que si el amor lo hubiera podido salvar nunca se hubiera ido. Rompió nuestros corazones perderlo. Parte de nosotros se fue con èl. Los que nos quedamos tenemos el consuelo de recordar todo el amor que de su parte recibimos y aunque lo extrañamos grandemente soñamos con el momento de volvernos a encontrar.